Blanco y beige reinan en una vivienda en la que la luz se aprovecha al máximo y los espacios se abren generosamente para multiplicar sus metros cuadrados como por arte de magia. Y todo ello, sin perder personalidad ni serenidad.
Esta vivienda familiar ha sido totalmente rehabilitada buscando espacios abiertos, llenos de luz, en los que muebles de carácter colonial, estampados orientales, piezas clásicas y elementos actuales formasen un todo armonioso. El reto era complejo, pero el resultado salta a la vista. Nunca el eclecticismo fue tan bien comprendido ni tan aprovechado.
Un pasillo abierto a la zona de estar
Todas las paredes de la vivienda se han pintado de blanco roto, al igual que los techos y rodapiés, lo que sumado a la moqueta de fibra vegetal en tono beige ayuda a crear un espacio luminoso y sosegado, en el que se conjugan comodidad y buen gusto. A la izquierda, mueble de obra con efecto separador entre el comedor y la zona de paso. Una hilera de focos halógenos ilumina y ensancha el espacio.
Líneas rectas y colores claros
No hay espacio para el artificio en esta vivienda actual en la que se ha buscado la máxima simplicidad de líneas y colores y la mínima intrusión de elementos accesorios. En el salón se combinan mullidos sofás de línea recta con una amplia mesa de centro. Los cojines negros rompen la monotonía poniendo una nota tan personal como los cuadros que iluminan el espacio, aportándole personalidad propia.
Fusión de estilos y espacios
Tras el salón, una zona más estrecha abierta compone un comedor más clásico que, sin embargo, se integra perfectamente en el mismo ambiente. No hay ruptura alguna: pasado y presente conviven aliados gracias a los colores básicos presentes en toda la vivienda, la luz que entra por los ventanales y las cortinas de estilo oriental, perfectas para ambos ambientes.
Rayas naturales para un espacio relajante
El dormitorio principal se ha empapelado con grandes rayas en dos tonos naturales. Continúa la estela de claridad que impera en toda la vivienda, aquí realzada por la ropa de cama blanca, perfecta para crear un ambiente de reposo cálido y acogedor. Como en el resto de estancias, muebles actuales como el cabecero conviven con piezas más clásicas de herencia familiar.
Cuartos de baño llenos de personalidad
Cerámica lisa y mármol en tono natural se han utilizado para aislar de la humedad las zonas más delicadas de estos dos cuartos de baño. Para el resto, papeles pintados con grandes y personales estampados dan una nueva vida a dos espacios protagonizados por la línea recta. Lavabos de corte muy actual y grandes espejos tienen su propio espacio en la zona más privada de esta vivienda.